La Esclavitud Y El Saqueo
Balboa y los primeros colonos emplearon la intimidación y la violencia para someter a los pobladores indígenas y así asegurar comida, esclavos y oro. El nuevo gobernador, Pedrarias, en lugar de fomentar el crecimiento productivo, optó por la explotación y saqueo, declarando la guerra a los antiguos aliados de Balboa. Las acciones brutales incluyeron asesinatos, quema de personas vivas y el uso de perros para atacar a los indígenas. El teniente Espinosa, bajo el mando de Pedrarias, mató a más de cuarenta mil y tomó dos mil cautivos en el Darién.
Dos Modelos De Conquista
Las intrigas y las conspiraciones entre los dos bandos, los veteranos baquianos bajo el liderazgo de Balboa y los recién llegados chapetones al mando de Pedrarias, sacudieron la vida de la ciudad. Esta micro-historia, ya muy estudiada y a menudo teñida de leyenda, nos permite enfocar una cuestión central: lo que estaba en juego no era simplemente el control político en la zona, sino el tipo de Imperio que se estaba gestando.
Detrás de las luchas de poder es posible entonces entrever dos modelos de conquista y de colonización antagónicos, que determinaron la relación con los indígenas en el nuevo contexto social, el manejo de las relaciones con la corte, los mitos relacionados a El Dorado, las amazonas y el canibalismo, hasta las polémicas sobre la alimentación, el clima y la salubridad del lugar.
La colonia darienita capitaneada por Balboa era una civitas sin urbs, es decir un conjunto de vecinos sin la infraestructura material e institucional necesaria para constituirse en ciudad. Por lo contrario, la Santa María de la Antigua planeada desde Castilla era una urbs sin civitas, un diseño de ciudad, con su escudo de armas y su obispado, pero sin las relaciones propias de una ciudad.
El primer modelo de conquista implementado por Balboa se caracterizó por la puesta en marcha de un sistema de vasallaje de carácter semi-feudal, tanto frente a los cacicazgos indígenas como frente al rey. La nueva colonia, basada en una economía de trueque integrada al sistema social antecedente a la llegada de los españoles, gozó de una amplia autonomía con respeto a España. Siguió vigente un imaginario fuertemente anclado en una cosmovisión medieval, cuyo referente era la toma de ciudades moras a lo largo de la reconquista.
Pedrarias por el contrario privilegió la desarticulación de las sociedades indígenas, a favor de un sistema colonial basado en la implementación de un sistema económico-administrativo de vocación imperial fuertemente dependiente de la Corona. Para evitar el surgimiento de reinos cristianos de ultramar, oficialmente tributarios de la Corona pero de hecho semi-independientes o abiertamente rebeldes, el gobernador ejerció un control directo sobre las nuevas tierras y los nuevos súbditos.
La Encomienda, Una Esclavitud Disfrazada
En la Antigua del Darién se dieron los primeros pasos de la institución colonial que años después se conocerá como «encomienda», basado en la explotación del trabajo indígena. En la encomienda grupos de indígenas -a veces familias, a veces pueblos enteros- eran sometidos a un encomendero, quien recibía tributos en productos, oro o servicios obligatorios. Por su parte el encomendero tenía que «retribuir» a sus indígenas con una buena formación cristiana. El sometimiento forzado, la carga de trabajo y el maltrato por parte de los encomenderos, fueron algunas de las causas de la catástrofe demográfica de las poblaciones indígenas de este continente.
Los españoles podían tener encomiendas de indígenas si tenían al menos cuatro años de residencia y algunos las tenían dentro y fuera de la ciudad. Además, era permitido que, en una misma casa, dos españoles tuvieran a cargo un mismo grupo de indígenas. Aparte de los indios encomendados, había indígenas llamados naborías, quienes debían servir sin descanso a los españoles, sobre todo en el trabajo doméstico. Escribe Fernández de Oviedo: Naboría es el que ha de servir á un amo, aunque le pese; y él no lo puede vender ni trocar sin expresa licencia del gobernador; pero ha de servir hasta que la naboría ó su amo se muera.
Levantar nuestra voz y ser escuchados
El proyecto de Santa María de la Antigua del Darién nos permite levantar nuestra voz y ser escuchados, sabiendo que nosotros venimos de una estigmatización que nos ha dejado en el anonimato.
Nuestros hijos, los que vienen levantando su voz y los que vienen creciendo pueden conocer las distintas historias de este lugar; pueden conocer un pasado donde existieron personas importantes como nuestros hermanos indígenas que lucharon. Una lucha que permanece, muy escasa, pero todavía vigente. Para mi es importante porque no todo está perdido, podemos rescatar y conservar las historias.
Eloisa Martinez, comunidad afrodescendiente de Tarena.
Encuentro del Comité Cultural del Darién, noviembre de 2020.