Parques Arqueológicos
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Parque Arqueológico

San Agustín

-Ilustración de David Guarnizo-

El mayor complejo de monumentos megalíticos de lo que hoy conocemos como América está conformado por un grupo de yacimientos arqueológicos dispersos en una amplia región en el valle alto del río Magdalena, en el suroccidente de Colombia, conocido como la “zona arqueológica de San Agustín”.

Reconocido por la Unesco en 1995 como patrimonio cultural de la humanidad, San Agustín simboliza la capacidad que tuvieron las sociedades prehispánicas del norte de Sudamérica para crear y expresar, su singular forma de organización social, así como su visión del mundo. En el Valle Alto del río Magdalena, los pobladores de este territorio desde los años 1 a 900 de nuestra era, aplanaron cimas de montañas para construir sitios de vivienda y montículos funerarios.

Algunos de estos lugares, conocidos con el nombre de mesitas, se conectaron por medio de elaborados caminos y terraplenes, formando un gran complejo funerario y ceremonial compuesto por tumbas y estatutarias de diferentes dimensiones y niveles de elaboración.

Las estatuas de piedra tallada -extraída de los fondos de quebradas cercanas- dan cuenta de un testimonio de la espiritualidad labrado por habitantes que consagraron sobre la roca su relación con la muerte, con la naturaleza y con sus formas de vida. El caminar por este territorio trae consigo eso: el encuentro con las marcas que dejaron estos pobladores sobre sus formas de vida y de muerte.

El parque también es una oportunidad para ampliar la mirada sobre la relación de los habitantes con su entorno en su devenir histórico, para acercarnos a su diversidad ecológica y para detenernos en el gran río de La Magdalena como eje de comunicación y vitalidad para quienes viven frente a sus vertientes.

La investigación, conservación y divulgación del Parque Arqueológico de San Agustín e Isnos han estado a cargo del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) desde su creación, en 1938. El parque abrió sus puertas al público el 5 de septiembre de 1944. En 1995 el parque fue incluido en la lista de patrimonio mundial de la UNESCO por la presencia de vestigios arqueológicos de valor universal excepcional.

El parque cuenta con cinco áreas de visita: el bosque de las estatuas, el terraplén, las mesitas ( A,B y C), la Fuente del Lavapatas y el Alto del Lavapatas, y el Museo arqueológico Luis Duque Goméz.

El Parque Arqueológico San Agustín se encuentra ubicado al sur del departamento del Huila, en estribaciones del macizo colombiano, entre las cordilleras Central y Oriental en el municipios de San Agustín. Desde el terminal de transporte de Pitalito, Huila se toma transporte terrestre hasta San Agustín, puede ser taxi o un bus.

Recomendaciones para visitantes:

1. Ten en cuenta que la temperatura promedio de San Agustín es de 18° C.

2. Empaca sólo lo esencial. El peso del morral es un factor importante para la comodidad durante las caminatas, por lo que es preferible llevar poco peso.

3. Asegúrate e de estar en buen estado de salud.

4. Regresar toda la basura contigo.

5. No cruces los cerramientos y por favor no toques las estatuas.

6. No te salgas de los caminos, camina por los senderos definidos.

Horario :

8 de la mañana hasta las 3 de la tarde en los días de apertura

Ver tabla de cierres y tarifas: Abrir contenido

PARQUE ARQUEOLÓGICO DE SAN AGUSTÍN

San Agustín_07

El Macizo colombiano, donde se encuentra el municipio de San Agustín fue lugar de asentamiento y desarrollo y de múltiples formas de habitar y aprovechar el entorno natural desde hace más de 4.000 años. Este vasto y complejo sistema montañoso es uno de los más importantes reservorios de agua del territorio, ya que allí nacen, en fértiles páramos a 3.380 msnm, cinco de los principales ríos de Colombia: Patía, Caquetá, Putumayo, Cauca y el gran río de la Magdalena.

En sus vertientes se asentaron hace aproximadamente 2.000 años grupos humanos a quienes se les atribuye la construcción de monumentales sitios funerarios conformados por grandes lajas, organizadas a manera de corredores dolménicos, precedidas por esculturas de gran tamaño con representaciones de seres humanos y animales.

Allí mismo, estos hombres y mujeres desarrollaron actividades cotidianas, construyendo sus viviendas, labrando la tierra para la producción de alimentos, así como para la elaboración de recipientes cerámicos y el almacenamiento y consumo de los mismos, entre otras actividades.